Cambios que venían dando pasos pequeños hacia la actualización digital se aceleraron producto de los confinamientos mundial luego de la llegada del COVID-19. Hoy, el mercado tecnológico es otro.
Las empresas tuvieron que enviar a parte de sus empleados a sus casas, invertir en hardware y software para mantener la conexión y la eficiencia de manera remota.
Con el comercio a puertas cerradas, las ventas online se potenciaron y surgieron emprendimientos para entregar productos con el formato delivery o software que pudiera gestionar esta nueva realidad.
Hace algunos años era impensado considerar a la telemedicina como la única forma de obtener la consulta de un especialista. Qué decir de maniquíes digitales, que permitieran a los clientes comprar su talla exacta sin probarse los artículos.
El cambio en las necesidades de los clientes
El mercado tecnológico es quizás una de las áreas de producción que más se ha beneficiado con lo ocurrido a nivel mundial en el último año.
Compañías de plataformas de redes sociales han aumentado su valor de manera sostenida, incluso generando preocupación en algunos sectores que temen la generación de una burbuja.
Pero lo cierto es que, gracias a estos avances tecnológicos y plataformas como Zoom, Google Drive, Notion y otras aplicaciones el mundo ha podido seguir operando con cierta normalidad.
En España, autoridades informaron que, si bien la cantidad de inversión en tecnología bajó respecto al año pasado, el sector hardware logró evitar una caída más estrepitosa.
Tanto las empresas privadas como las públicas tuvieron que adquirir computadores, tablets, servidores y otros artículos para el trabajo remoto.
La situación es distinta en el caso del software, que no tuvo un incremento en su adquisición, pero sí en la inversión de compañías como start-ups, que crearon nuevas aplicaciones y plataformas para la realidad pandémica.
Salud digital
Uno de los mayores cambios en el mercado tecnológico a nivel mundial bajo el yugo del COVID-19 fue la telemedicina. Más que cualquier otro sector, los gobiernos y las empresas que administraban centros de salud tuvieron que adecuarse a las consultas online para evitar contagios.
Esto significó también una grave reducción en las consultas, debido a que muchos centros hospitalarios tuvieron que priorizar la atención de pacientes con coronavirus por sobre otras patologías.
La imposibilidad de trasladarse de una ciudad a otra llevó a pensar en nuevas formas de asistir a una operación de manera virtual.
Este año, un cirujano en Londres y otro en California realizaron la primera prueba de una operación a distancia.
El uso de lentes virtuales permitió en España que médicos de Madrid pudieran ver el procedimiento de instalación de una prótesis de cadera en las Islas Canarias, todo un logro para la telemedicina.
También se han desarrollado aplicación de inteligencia artificial para analizar fichas médicas o un marcapasos inteligente que puede avisar al teléfono celular en el caso de una arritmia.
Vacunas
Avances interesantes que han sido posible en el contexto de la pandemia. Sin embargo, el sector que realizó el mayor salto fue el de las vacunas.
Con estudios que llevan dos o tres años para desarrollar un antídoto, las farmacéuticas trabajar de manera exclusiva y contra el tiempo con el fin de sacar una vacuna contra el COVID-19.
Y lo lograron en tiempo récord. Ahora la preocupación es que todos los países puedan acceder a esta inmunización.
Estados Unidos anunció su apoyo para liberar las patentes de las farmacéuticas y así más empresas puedan fabricarlas. Esta necesidad se basa en lo que ocurre en India, país que, a pesar de ser un gigante tecnológico, no tiene la capacidad de crear las vacunas.
Una discusión que se llevará a cabo dentro de los próximos meses en la Organización Mundial de Comercio y que ha recibido el rechazo de las compañías que fabrican las dosis contra el coronavirus, ya que aseguran que impedirá la innovación y la continuación de este trabajo.
E-commerce
Otra de las áreas de producción que ha cambiado para siempre es el comercio online. Las compañías y las tiendas han tenido que readecuarse a enviar sus artículos y mejorar sus páginas web para atraer a más clientes.
Pero los cambios no terminarían allí. La inteligencia artificial podría, por ejemplo, entregar preferencias basado en la compra anterior de productos, las empresas podrían tener maniquíes digitales que cambien su apariencia, dependiendo del gusto de cada cliente o realizar entregas automatizadas de los productos a los hogares.
Esto significaría que en un futuro no existan tiendas físicas. Actualmente algunas tiendas pueden vender artículos de ropa de manera tan detallada que el cliente no tiene que probárselo para comprarlo.